Como todas las cosas tienen un fin, este es el fin de mi blog.
Tras un curso durante el que he tenido que publicar los distintos trabajos que mi profesor de Sociales me ha mandado puedo decir que esta experiencia me ha enseñado y ayudado mucho, ya que todos hemos aprendido a saber buscar información y también hemos aprendido sobre todo lo que hemos publicado.
Espero que esta experiencia haya gustado a todos mis compañeros y tanto como a mí.
Notas sobre historia de Zafra y Extremadura. Ciencias Sociales. 2º ESO. IES Cristo del Rosario, Zafra.
jueves, 13 de junio de 2013
Cameranos en Zafra
Con
el discurrir de los años, la villa de Zafra va a ser casi
invadida por una tardía, pero nueva, repoblación, esta
vez castellana y aragonesa, la cual desde las riberas del Ebro, y en
especial desde las zonas logroñesas de Tierra
de Cameranos, llegará
a constituir una numerosa colonia de nuevos vecinos, que gustosamente
se aclimataran en Zafra.
Datos concretos y
frecuentes los tenemos de su presencia ya en esta villa en el siglo
XVII, y con una abrumadora cantidad, en el siglo XVIII, cuando en las
partidas y otros documentos parroquiales, aparecen haitando en Zafra
numerosos individuos y familias procedentes de aquellas tierras, en
especial de los lugares de Torrecilla de Cameros, Lumbreras, etc...
que comienzan a constituir una unida comunidad de poderosos
comerciantes y curtidores.
Familias
enteras con desdencia genealógica de de escudados linajes se
habían establecido en Zafra, con sus bienes y su dedicación
profesional, de tal manera que buena parte de los muchos mercaderes
que montaron sus negocios en torno a los soportales de las plazas
Grande y Chica, tenían esta procedencia. Los mercaderes
cameranos unidos entre sí y para evocar a su tierra, habían
adquirido una bella imagen de la Virgen, a semejanza de la llamada
Valvanera, que se venera en el territorio de Lumbreras, de donde eran
originarios. Los más destacados de esta colonia eran dos
caballeros llamados Domingo Martínez de Tejada y Mateo Martín
del Valle, y son dos de los que solicitan al Obispado de Badajoz en
el año 1729 la instalación de la capilla en la
Colegiata de la Candelaria para su celestial Patrona. Y eran ricos de
verdad, porque cuando se trata de levantar el retablo para dicha
imagen, afirman sin paliativos que van a hacer “que
van ha hacer un retablo costoso, por la mucha devoción y
posibilidades que para ello tienen”.
Numerosas familias
riojanas, en un número de unas cuarenta, vinieron a
establecerse en Zafra, y con sus actividades mercantiles,
configuraron de algún modo y dieron carácter mercantil
a la población zafrense, ya constituida con elementos
autóctonos moriscos y judíos, y con ellos ayudaron a
perfilar y a dar personalidad propia a esta hetereogénea
comunidad humana de Zafra.
Antonio de Nebrija en Zalamea de la Serena
Antonio Martínez
de Cala nace en la localidad sevillana de Lebrija en 1444 y es un
gramático.
Bibliografía:
-MARTÍN NIETO, D.A. “Antonio de Nebrija y sus hijos. Relaciones con Extremadura” Campanario-Villanueva de la Serena, 2007.
Cuantos escritores se han
acercado a Antonio de Nebrija repiten la conclusión de que el
gramático escribió la Gramática y el Vocabulario
en una casa que poseía en Zalamea de la Serena .
La vivienda de Antonio de
Nebrija se encontraba a las espaldas de la fortaleza, al levante,
lindando en 1530 con casas de Diego Pérez y el adarve o
postigo de la villa.
Volvió el maestro
Antonio de Nebrija a Alcalá de Henares, donde falleció
de apoplejía el dos de junio de 1522, a los 77 años de
edad.
En esta orla se
representa a Antonio de Nebrija impartiendo una clase de gramática.
El gramático
Nebrija ocupa la cátedra y mantiene en sus manos un libro
abierto; a sus lados se situan dos pajes soteniendo sendos volúmenes;
a la izquierda de la lámina, sentado ante un atril, aparece
don Juan de Zúñiga, vestido con el hábito de la
Orden de Alcántara, delante de él, un paje arrodillado
aguanta un libro entre sus manos; a su derecha, cuatro figuras,
identificándose la que está en primer plan o con frey
Marcelo de Nebrijo, hijo del gramático, por llevar en su pecho
la cruz de Alcántara. Se cree que la tres mujeres serían
las tres hermanas (Maria, Isabel y Elvira) de don Juan de Zúñiga.
-MARTÍN NIETO, D.A. “Antonio de Nebrija y sus hijos. Relaciones con Extremadura” Campanario-Villanueva de la Serena, 2007.
-http://antoniodenebrija.org/
-FERNÁNDEZ NIEVA,
J. “Zalamea de la Serena”. Gran Enciclopedia Extremeña.
Vitoria, 1992.
La portada del Hospital de Santiago
Visité
el Convento de Santiago una tarde de abril con una amiga mía.
Este convento se encuentra en una calle céntrica de la
localidad de Zafra, la cual se encuentra bajando por una de las
calles que desembocan en la plaza Chica. Al llegar allí nos
fijamos en su fachada.
La
artística fachada del Convento de Santiago es uno de los
detalles más destacables del edificio por su gran belleza.
Esta portada esta realizada en piedra de granito labrada. El es
estilo de esta fachada es un estilo gótico florido, aparte de
ello la portada esta toda ella encuadrada por dos pináculos
góticos. Este edificio se organiza estructuralmente en dos
parte, la superior y la inferior. En la parte inferior se sitúa
la puerta de entrada al convento . La puerta es de arco rebajado
dentro de un recuadro que la enmarca a modo de alfiz, muy decorado
con ornamentación de tallos en forma de lacería. En la
parte superior se alberga un vano ciego rehundido con arco conopial,
en cuyo fondo se encuentra una pintura al fresco, la cual representa
la escena de la Anunciación, tema muy caro a los artitas de la
época del Renacimiento. Esta pintura tiene relación con
la antigua advocación del hospital que era de la Satulación.
Portada del Hospital
Un antiguo convento desamortizado: el Convento de la Cruz
En aquel palacio
convertido en convento, la capilla quedó concluida en el año
1601, y a partir de ese momento y durante unos 235 años, este
edifico fue residencia de las monjas franciscanas de la Cruz.
La supresión y
desaparición del monasterio tuvo lugar debido a los efectos de
una orden desamortizadora que tuvo lugar en el año 1838,
acogiéndose las monjas franciscanas que en él vivían
junto a sus hermanas del convento de Santa Clara. Seis años
más tarde de la marcha de las monjas, en 1842, la Junta
Superior de ventas nacionales concedió gratuitamente el
edificio, para que se impusieran allí las escuelas públicas,
adaptando el edificio para esa nueva utilidad.
A la capilla se la hizo
desaparecer totalmente, y de ella sólo resta su portada que
daba a la plaza, en forma de arco conupial que resaltaba de la línea
de la fachada, y fue totalmente tapada con un revestimiento de cal,
cometiendo la torpeza de picar la piedra, para rebajar y esconder un
cordón franciscano, que adornaba la portada del templo.
Casualmente esta portada
fue descubierta durante las obras de restauración que
realizaba el ayutamiento en el año 1985, habiéndola
dejado libre, aunque ya algo deteriorada, como recuerdo del destino
monacal, que tuvo el actual ayutamiento de Zafra.
Dentro de los planes de
desamortización del edificio, parte del antiguo terreno de la
huerta del convento y de la calleja suprimida fue vendida a un
particular, y en ella construyó su vivienda particular Manuel
Martínez Rubiales, convirtiéndose en uno de los más
bellos edificios de este entorno.
Una tarde de mayo yo y mi
amiga Laura íbamos a ver este edificio, aunque ninguna de las
dos sabía donde se hallaba. Por ello, tras preguntar a varias
personas llegamos a un edificio que, según las indicaciones
que nos habían dado, debía ser el Convento de la Cruz.
Aunque a ella y a mí no nos cuadraba la descripción que
se daba al convento con el edificio al que nos habían mandado,
que en apariencia era moderno y parecía no corresponder con
las fechas de construcción del convento.
A los pocos días
nos dijeron que el antiguo convento se trataba del que actualmente es
el edificio del ayuntamiento.
Inscripción en la fachada
Puerta de entrada
Fachada del edificio
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