Ábsides de Santa Lucía del Trampal
Esta
construida con materiales procedentes de los edificios más
antiguos como romanos y prerromanos. Es por elllo por lo que en
muchos de los sillares hay inscripciones de época romana y
otros formaban parta de altares dedicados a la diosa celtibérica
Ataecina, asimilada por las diosas romanas Ceres y Proserpima, y su
principal centro de culto era la zona de Turóbroga.
Interior de la basílica
Parece
estar claro que aprovecharon los cimientos de un edifio previo, aún
así, la basílica fue contruida en una única
etapa.
La
estructura original incluía una nave principal y dos pequeñas
naves laterales que formaban el cuerpo principal, seguido de un
pequeño coro que daba paso al crucero.
La cabecera del templo es realmente singular ya que está formada por tres naves independientes y separadas, un ábside triple. Hay que tener en cuenta que en esa época el número 3 se asociaba a la herejía, relacionada con el credo arriano, cuya interpretación de la Trinidad era diferente.
El crucero estaba dividido en siete tramos por seis pares de columnas que sostenían los arcos de herradura. Toda la estructura del edificio estaba basada en estancias de dimensiones reducidas para permitir el abovedado completo. La cubierta estaba formada por bóvedas y pequeñas cúpulas de piedra.
Junto a la basílica existían otras construcciones, que formaban parte del monasterio. Este conjunto monástico debió tener bastante importancia en la zona. Sin embargo, con la llegada de los árabes en el siglo VIII, la actividad del monasterio se vería pronto limitada y hacia el año 900 fue finalmente abandonado.
A finales del siglo XV se reconstruye el cuerpo principal del templo, bastante deteriorado después de más de cuatro siglos de abandono. Buscando una estructura más sencilla, los nuevos pobladores eliminaron las dos naves laterales para conseguir un único espacio interior en el cuerpo principal y se construyeron los arcos ojivales (estilo gótico) que se pueden ver en la actualidad para soportar la nueva cubierta de madera.
Esta nueva etapa se dedica la iglesia a Santa Lucía y la vida del monasterio se prolonga de forma más o menos próspera hasta finales del siglo XVIII. A partir de ese momento la basílica, ya en declive, parece que pasa a tener una función no religiosa. Durante la ocupación francesa fue utilizado como fortín y posteriormente como almacén y establo.
A finales del siglo XX se redescubre el edificio en un estado lamentable y comienza el proceso de recuperación y puesta en valor.
Imagen del estado de la basílica en 1994 antes de su restauración en 2004
Muy cerca de la basílica está el Manantial del Trampal, que da nombre al templo, rodeado de naranjos. Junto al manantial se encuentra el antiguo molino de agua.
El entorno natural de la zona es muy bello, toda la falda de la Sierra del Centinela está poblada por grandes dehesas de alcornoques. En la parte superior de la sierra, al lado de la localidad de Alcuéscar, se levanta la Ermita del Calvario, junto a la que hay dos miradores naturales desde los que podremos ver la Sierra de Montánchez a un lado y las grandes llanuras de Cáceres al otro.
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